viernes, 9 de septiembre de 2011

La Vida nos Conoce


La vida nos conoce, y nos ata con lazos, dice el poeta.

Javier Salvago, poeta y guionista de radio y televisión, presentó ayer La Vida nos Conoce en la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla. 

Esta antología poética con prólogo de Juan Bonilla, selecciona siete libros, uno de ellos inédito, con más de un centenar de poemas autobiográficos concebidos a lo largo de casi veinte años.

Con vocabulario sencillo y cercano, se desmarca de la rima rebuscada y llega al lector de forma contundente, logrando empaparlo del desencanto del que van cargados sus versos.

Leyendo su obra, podemos caer en el error de imaginar al escritor como un ser sombrío, cuyo sentido del humor se ha ido transformando en cinismo. Nada más lejos de la realidad.

Javier dice que escribe para depurarse de la poesía, para liberarse de todas las impurezas. A mi me parece como si utilizase al autor para que acarree con sus fantasmas y al lector para sacudirse su pesimismo, quedando así, el escritor, libre de estos lastres.

Quizás por ello sus poemas no me han asomado a un abismo de tristeza y amargura, como esperaba, sino a todo lo contrario; al conocimiento y aceptación de la vida con todo lo ella nos da y lo que nos quita. Y me ha hecho reflexionar.

¿Puede el desencanto de esta sociedad nacer por alejarnos de nuestra naturaleza de hombre? Tenemos tanto, queremos más y disfrutamos tan poco…La naturaleza no se comporta de este modo tan absurdo; cuando no tienen, buscan y cuando tienen, son felices.

Y es que sufrimos los efectos secundarios del raciocinio. Y no digo que la inconsciencia o la ignorancia sean felicidad, sino que debemos hacer un esfuerzo por racionalizarla, y no tomarla en términos absolutos como pueden permitirse el resto de seres irracionales, sino entenderla en términos relativos.  Para poder ser felices debemos madurar el concepto de Felicidad, desarrollarlo, hacerlo evolucionar.

La Vida nos Conoce, una bocanada de realidad en clave de poesía salpicada de humor, demesita para aprender a amar la vida tal y como es, porque sólo así nos aceptaremos tal y como somos.

1 comentario:

mientrasleo dijo...

Me lo apunto, no viene mal recordar que la poesía existe. Tengo la mala costumbre de olvidarlo.
Un saludo

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